En Vekhara podemos encontrar sociedades muy cerradas por cada región habitada, demostrando la gran influencia de cada entidad gobernante. El dominio de cada pecado se puede apreciar en la atmósfera de cada territorio, en sus habitantes y en sus acciones diarias.

Cada población presenta algún tipo de congregación humana, cultos y tradiciones con las que se puede apreciar el influjo de cada ente maligno.

Aluria

Velyria

Aluria está centrada principalmente en la actividad nocturna, momento del día en el que encontramos más movimiento en las calles. Al recibir tan poca luz solar, sus habitantes tienen la piel clara y pálida, casi rozando lo enfermizo. Tener la piel bronceada es sinónimo de poca vida nocturna, lo que es considerado una falta de respeto y devoción a Velyria. Con motivo de la oscuridad, las vestimentas de los lugareños contienen elementos que destaquen en la noche: telas que brillan con luz ultravioleta, tonos chillones…

Existe una congregación o culto llamado Hijos del Placer eterno, centrados en el culto a los sentidos, creyendo que el placer y la satisfacción son la clave para alcanzar una supuesta iluminación y trascendencia. Se dividen en clanes pequeños, organizados en función de sus intereses y guiados por un Maestro del Placer, un individuo que ha tenido contacto previo con Aluria y que es designado como un ser superior al resto. Cada noche realizan un ritual llamado “Las Llamas de la Pasión”, en el que, bajo la influencia de sustancias alucinógenas o similares, se entregan a danzas o expresiones de arte desenfrenadas.

Gluttara

Vorak

Debido a su inclinación a los grandes excesos, es una sociedad marcada por la misma forma física: el sobrepeso. Este modo de vida y el entorno hostil, lleno de depredadores, en el que se encuentran no favorece mucho a su salud: como resultado, la esperanza de vida es bastante más baja de lo normal provocando en consecuencia una población en la que se encuentran pocos individuos de edad avanzada.

Visten con ropajes grandes para no limitar sus movimientos, y cuanto más voluminoso sea su cuerpo, mejor visto está en sociedad.

Se organizan en asentamientos en los que creen firmemente en el ciclo de consumo infinito, donde el alimento, la bebida y los placeres materiales son una bendición de Vorak. No tienen límites y ven la abstinencia como un pecado contra su deidad. Cada asentamiento tiene un “Sacerdote Devorador” que bendice los alimentos y ritualiza las comidas, fiestas, y celebraciones. Semanalmente se organiza una gran festividad llamada La Gran Ingestión, en donde se entregan al consumo desenfrenado de banquetes preparados con ingredientes exóticos y costosos, en una fiesta que termina en grandes orgías de exceso y lujos.

Dorakaar

Aurvash

Se trata de una sociedad dividida en estamentos, muy clasista y jerarquizada. Esta jerarquía piramidal, autodenominada por sus integrantes como Los Seguidores del Oro Puro, es liderada por el Consejo de los Acumuladores, los habitantes con mayor riqueza de Doraakar. En esta sociedad ven la riqueza y las posesiones como un reflejo de poder divino, de manera que cada estamento está definido por la cantidad de patrimonio de cada individuo. Cada luna nueva, se lleva a cabo El Ritual del Aumento, donde sus habitantes queman una parte de la cantidad de posesiones y bienes sustraídos de sus enemigos como símbolo de su superioridad capital.

Celestia

Eltheon

En Celestia sus habitantes creen en su divinidad innata, donde cada ciudadano es tratado como un semidiós. Consideran que los mortales de las tierras bajas son inferiores y que deben ser sometidos. Es común ver a los Celestianos vestidos con ropajes caros, telas doradas, importadas de países lejanos con motivos en oro o similar. La sociedad de Celestia se organiza en una estructura jerárquica extremadamente rígida; cada persona tiene un rango de Pureza Divina. La nobleza de mayor rango es quien gobierna y establece las leyes, denominados La Nobleza de los Ascendidos. Anualmente se celebra el Día de la Ascensión, en donde los de menor rango ofrecen sus posesiones (o incluso su vida) a los superiores, para purificar su espíritu.

Eshnar

Ragnor

En una sociedad gravemente marcada por la violencia, la guerra es la máxima expresión de la devoción hacia Ragnor, y el conflicto se ve como una forma de honrarlo. Los clanes luchan constantemente, sin tregua ni alianzas estables. Los individuos de alto rango bélico están cubiertos de cicatrices y marcas de conflictos pasados, que portan como algo de lo que presumir, ya que es una clara demostración de sus logros militares. Se dividen en facciones y clanes que siguen a líderes guerreros, Campeones de la Ira. La gloria en batalla es el único medio de ascender en la sociedad. Al finalizar el año celebran El Torneo Carmesí, una brutal competición donde los guerreros luchan hasta la muerte para demostrar su valía ante Ragnor.

Letheria

Slothar

Existe una congregación o culto llamado Los Dóciles del Olvido. Dirigidos por la gran influencia de Slothar, ven la inacción como la forma más pura de devoción hacia él. Autoengañados por el influjo de la Pereza, creen que la ambición, el movimiento o el cambio son considerados profanaciones de la calma, totalmente inútiles. Los habitantes presentan un aspecto totalmente dejado: nadie se arregla, ni presenta ninguna modificación o esfuerzo en exhibir su mejor apariencia ya que no vale la pena el trabajo. Por ese motivo es común que los individuos tengan una muy mala forma física, lleven el pelo totalmente enmarañado, las uñas largas, la piel sucia.

No existe una jerarquía definida, ya que el liderazgo no es deseado. Cada individuo se conforma con lo mínimo, y la comunidad sigue en un estancamiento casi absoluto. El único evento a destacar es La Noche de la Sombra Eterna, en dónde una vez al año, todos los habitantes duermen durante un ciclo completo de días, buscando una conexión pura con su ser más profundo.

Caldrin

Vidrak

En Caldrin encontramos una nación en donde la comparación alcanza su máximo esplendor: ésta comparación es constante, y la posesión de lo que otros tienen es la base de sus creencias. Se enorgullecen de despojar a los demás de sus bienes y creen que Vidrak los guiará hacia sus deseos si se muestran siempre vigilantes.

Se agrupan en aldeas semi-aisladas, en las que cada líder es conocido como el Ojo Vigilante, cuyo rol es espiar y recopilar información sobre los bienes y vidas de otras aldeas. A pesar de convivir en vecindad, los habitantes de una misma aldea siguen sufriendo pequeños hurtos y robos por parte de otros residentes. Semanalmente se congregan para llevar a cabo la Noche de los Mil Ojos, en donde comparten los secretos y defectos de sus vecinos, lo cual incrementa la desconfianza y traiciones entre ellos.