El Desierto de Dorakaar es un lugar despiadado y caluroso, lleno de minas de oro, gemas y toda clase de riquezas. Los habitantes que viven tienen una obsesión por acumular riqueza hasta niveles patológicos. Las ciudades están en constantes conflictos y guerras por el control de las minas, y nadie confía en nadie.
Estética
El calor en Dorakaar es abrasador, haciendo que el aire se distorsione y el suelo queme. Las ciudades son fortalezas donde la riqueza está en manos de unos pocos que viven rodeados de lujos, mientras que el resto sobrevive en la miseria. Las minas son el centro de todo, donde las disputas por los recursos son mortales, y el trabajo es incluso tan peligroso como el desierto.