El pecado de la Avaricia

Aurvash infunde un deseo insaciable de posesiones a los habitantes del Desierto de Dorakaar, llevando a las tribus y ciudades a destruirse mutuamente por riquezas. Aurvash controla a todos desde las sombras, haciendo que la gente nunca se sienta satisfecha con lo que tiene. Siempre quieren más, y este deseo los lleva a traicionar, robar y destruirse mutuamente.

Aspecto

Una figura de un múrido con la piel brillante como oro líquido, siempre adornado con joyas y piedras preciosas que forman parte de su propia carne. Sus ojos brillan como si fueran lingotes de oro puro, que reflejan todo lo que miran, dicen que si lo miras solo verás reflejada tu propia codicia.

Comunicación

En Dorakaar los habitantes rinden homenaje a Aurvash construyendo altares de oro, joyas y monedas, en los cuales dejan ofrendas diarias. Las familias más ricas incluso ofrecen sacrificios de sangre para conservar sus tesoros. Los más devotos se entregan completamente al pecado de la codicia, destruyendo las posesiones de otros en su búsqueda de más.